Sólo en Él confiaré
Hasta los responsables son víctimas del desaire cuando, por razones ajenas a su voluntad, tienen que recurrir a solicitar favores de quienes esperan les tiendan la mano. Pero… amigo, es un dolar en el bolsillo, dice el refrán.
-Lo siento, Luis. Tu cuenta ha ascendido a una cantidad bastante alta y, perdona mi franqueza, pero no veo que tu situación mejore- le dijo el dueño del colmado a quien, injustamente, había sido despedido de su trabajo. Uno de tantos que habían quedado en la calle desamparados.
-He estado buscando trabajo desde el momento mismo en que me despidieron- le dijo Luis.
-No lo dudo, Luis, pero sé que tú me comprendes, los negocios son negocios; no puedo dejarme llevar por el corazón. Hasta ahí llegó su conversación y siguió como si nada atendiendo a los clientes.
Aquel día Luis llegó a la conclusión que en la sociedad se es favorecido cuando hay solidez económica… “Tanto tienes, tanto vales.” Cuando mengüan los recursos todos se hacen a un lado.
Ese día llegó Luis a su casa dispuesto a seguir adelante. No podía darse el lujo de contagiar a su familia con el desánimo. Aunque el desaliento lo sobrecargaba, siguió haciendo las diligencias necesarias dispuesto a conseguir trabajo en lo que fuera. Tenía la firme convicción de que en algún momento no muy lejano, el Señor sería por Él.
La respuesta del cielo no se hizo esperar. Consiguió trabajo en un taller de mecánica y poco a poco pudo ponerse al día en sus deudas saldando, al fin, la totalidad de ellas. Entonces… todos le saludaban.
Cuando desistimos de confiar en el hombre y depositamos toda nuestra confianza en Aquél que todo lo puede, vemos cómo cambia el panorama. No permitas que los problemas te confundan. Busca la salida que sólo JESÚS te ofrece. “El que a Él viene, Él no le echa fuera.”
“EnTi, Señor, he confiado; no sea yo confundido jamás; líbrame en tu justicia. Inclina a mí tu oido, y acude pronto a socorrerme. Sé Tú mi roca fuerte y fortaleza para salvarme.” Salmo 31:1-2
Por: Autor Anónimo
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