Sobre la Roca
Cuando el fundamento de una estructura se establece en zapata tan frágil y débil cual arena movediza, tal obra, por hermosa e imponente que parezca, está destinada al derrumbe y al fracaso total sin lugar a dudas; el viento más tenue y delicado será suficiente para echarla abajo. Es esa la consecuencia por no tomar tan importante asunto con la debida seriedad y prudencia. No así con el sensato y prudente quien construye su casa sobre la Roca firme. A esta ninguna tempestad la podrá mover, por fuerte que sea.
Asimismo, quien da al dinero y sus posesiones el lugar que sólo a Dios corresponde, poniendo en ello su seguridad y confianza, tarde o temprano le llega su día malo y malo por demás; grande es su ruina. El Dios soberano no comparte su gloria con nada ni con nadie… Por eso, ¡ALERTA! Porque… “Raíz de todos los males es el amor al dinero.” 1 Timoteo 6:10
Es la voluntad de Dios que “seamos prosperados en todo, así como prospera nuestra alma”… la prosperidad que nos acerca a Dios y nos afirma en la fe que hemos plantado sobre la Roca donde hemos puesto toda confianza. No podemos permitir que lo más valioso, ese tesoro que el dinero no puede comprar, lo que es eternal… sea sustituido por lo que perece. “Tu dinero perezca contigo” -dijo el apóstol Pedro a Simón el mago- “porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.” Hechos 8:20
“No acumulen para ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y roban. Más bien, acumulen para ustedes tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones no se meten ni roban. Porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón.” Mateo 6:19-21
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida.” Proverbios 4:23
ZCR
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