Sabiduría al hablar
¿Sabías tú que cada palabra que sale de tu boca tiene tal poder que con ella puedes traer alegría o tristeza, edificación o destrucción, bendición o… maldición? ¿Sabes también que cada palabra refleja claramente lo que llevas dentro del corazón? Porque… “De la abundancia del corazón habla la boca.” (Lucas 6:45) No sólo el que escucha es afectado positiva o negativamente, también el que habla recibe bendición o consecuencias por lo que dice. “Porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado.” (Mateo 12:37)
Seamos prudentes y bondadosos al hablar: lo que decimos, cómo lo decimos y, cuando lo decimos. Purifique el Señor nuestros corazones de tal manera y a tal grado que vivamos para sanar, para libertar, para edificar, para sumar y no restar; que impartamos gozo y no tristeza con cada una de las palabras que salen de nuestra boca y, a la misma vez, ser nosotros mismos saciados de bien por el fruto de nuestros labios.
Pidámosle a nuestro Dios nos dé la sabiduría cuyo fundamento es el Amor…
- El corazón del sabio hace prudente su boca, y añade gracia a sus labios. Prov. 16:23
- La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos. Prov. 18:21
- El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias. Prov. 1:23
- Aún el necio, cuando calla, es tomado por sabio, el que cierra sus labios es entendido. 17:28
- Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno. Colosenses 4:6
ZCR
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