Prueba y verás
Cuando estamos ante un manjar que nos luce apetecible, el hambre se manifiesta con un deseo de probar lo que tenemos delante. No nos echamos a la boca la cantidad completa de una vez, sino que, comenzamos con una pizca, la cual masticamos, saboreamos y tragamos. Sorprendentemente, esa pequeña cantidad es probada, saboreada, ingerida y digerida, convirtiéndose en parte de ti y tú de ella. ¡Interesante por demás! (Paráfrasis de una idea genial del autor Louie Giglio en su libro, “The air I breathe” ‘El aire que respiro‘) para ilustrar que asimismo probamos y gustamos del Señor…
“Gusten y vean cuán bueno es el Señor; dichosa la persona que confía en Él.” Salmo 34:8
Habiendo probado y saboreado la exquisitez que nos aguardaba, es de todo punto imposible que no lo sigamos gustando cada vez con mayor apetito y anhelo. Asimismo, quien se encuentra con el Admirable y establece con Él una relación íntima y personal, gustando de Él de día en día, jamás podrá apartarse de Él; jamás añorará lo que dejó atrás; jamás dejará de deleitarse en la presencia de Quien lo llena todo en todo. Quien vive tal plena satisfacción puede decir con convicción que el Dios que le recibió es bueno y bueno por demás.
Se acostumbra a hacer llamado a las personas que se han apartado para que éstas regresen al Señor… Pues los tales se habrán ido de tal o cual congregación, se habrán alejado de ese lugar, mas lo cierto es que al Señor nunca lo conocieron; no se alejaron de Dios, se alejaron de la gente. Si lo hubieran conocido, si se hubieran encontrado con Él, si hubieran gustado de su presencia, jamás lo hubieran dejado. Se cansaron de buscar y no encontraron porque tergiversaron el orden… no es buscar a Dios, es dejarse encontrar por Él. El Amado siempre está… aquí, allá y en todo lugar esperando con los brazos abiertos, no para que lo mires de lejos ni escuches sobre Él, sino, para que lo pruebes, lo saborees y veas lo bueno que es. “Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes. Son planes para su bien, y no para su mal, para que tengan un futuro lleno de esperanza.” Jeremías 29:11
Y, como he dicho antes y reitero… mi experiencia personalísima jamás significará para ti lo que para mí y jamás podrás comprender con palabras lo que sólo comprenderás cuando vivas tu propia experiencia, porque esto no es conocimiento intelectual que se aprende… es vida que se vive. Si aún no has conocido al Amado, te exhorto a que lo pruebes… es más dulce que la miel.
«Deléitate en el Señor, y El te concederá las peticiones de tu corazón.» Salmos 37:4
ZCR
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