Propósito de vida
¡Dios es AMOR! Amor… que no hace acepción de personas ni tiene favoritos; nos cubre a todos y es tan inmenso que, aunque seamos infieles, Dios sigue siendo Fiel. Amor que fue manifestado en la cruz del calvario como una ofrenda de olor grato, la más hermosa y valiosa jamás antes o después vista en la historia de la humanidad. Mas…
…en ese amor hay un propósito que es vital: Acercar a la criatura a su Creador. Fuimos creados para vivir en comunión, en armonía y en paz con el Dios que nos creó, por lo que es de todo punto imposible subsistir separados de Él.
El alma, con sus razones y pasiones, busca llenar el vacío de Dios con placeres y deleites que más rápido de lo que quisiera se esfuman como la niebla, como si tratara de atrapar el viento con las manos. Todo intento es cual espejismo de un oasis en medio del caluroso y árido desierto o como cisternas rotas que no retienen el agua. Y es que… tal necesidad no es física ni es material… es espiritual, por lo que sólo espiritualmente puede ser satisfecha.
Dios dio a los seres humanos espíritu de vida y ese espíritu no descansa ni es feliz hasta que se une al Espíritu del Dios que lo creó. La necesidad de esa fusión se manifiesta en un anhelo profundo en lo más íntimo de nuestro ser que sólo es satisfecho por el Amor de Dios personificado: su Hijo JESUCRISTO.
Entonces… es que conocemos la paz, el gozo y el amor… ese amor de Dios que es “derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado” al salir de las tinieblas y entrar a su luz admirable. (Romanos 5:5) Entonces es que nuestra copa rebosa de plena satisfacción…
El Espíritu de Dios nos anhela celosamente y es la voluntad del Padre hacer de cada corazón su morada permanente. Abba Padre…
“Porque el ocuparse de la carne es muerte,
pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.”
Romanos 8:6
“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.” Efesios 5:15-18