Por Jesús

Por Jesús

Un misionero de la India radicado en los Estados Unidos, desde donde dirige su obra y ministerio, viajó a su país. Para moverse de un sitio a otro solicitaba los servicios de un taxi. Este consistía de un carruaje de tres ruedas el cual era pedaleado por un chofer. En la parte trasera se acomodaban los pasajeros con su equipaje. Por dos horas, el chofer recibía 10 “rupees”, lo que equivale a 20 centavos americanos.

Un día él viajaba en uno de esos carruajes para dirigirse a una reunión. Era en pleno verano y el calor era insoportable. Sentado en el asiento trasero observaba al hombre que lo conducía. Este era un anciano, sólo piel y huesos, con las venas del cuello a punto de estallar por el esfuerzo que hacía al pedalear y por el calor intenso. Estaba sin camisa, y el sudor le chorreaba por todo su cuerpo.

“¡Esto es horrible!” –Pensó el misionero. “Ahí está este anciano pedaleando hasta más no poder para subirme por esa cuesta empinada en pleno calor del verano. Ciertamente yo soy más joven y tengo mucha más fuerza que él”, -se dijo a sí mismo. “Si no hubiera sido por la misericordia de Dios, yo sería el que estuviera haciendo esa clase de trabajo.”

Compungido, le pidió entonces al anciano que se detuviera. Éste dejó de pedalear y preocupado de que hubiera hecho algo mal, le preguntó al misionero: “¿Qué pasó?” -“No ha pasado nada.” -le dijo él. –“Sólo quiero que me deje en su lugar y usted se pase a mi asiento.” ¡El hombre, asombrado, no lo podía creer! Yohannan se fue al frente y pedaleó el resto del camino. Cuando llegó a su destino, le dio al anciano un tratado del Evangelio y le pagó una cantidad más alta de lo que se suponía. El hombre no cabía de emoción por la experiencia que había vivido.

La verdad es que, -decía el misionero- “Yo nunca hubiera podido hacer tal cosa si me hubiera considerado superior a ese hombre. Sólo pensando en la humildad de Jesús, estimando a los demás superiores a mí mismo, es que puedo amar a mi prójimo y caminar en humildad.” Cuando aprovechamos esas oportunidades, el dulce amor de Jesús sale de nuestras vidas, acercando a la humanidad a Él.

Del Libro: Journey with Jesus
De: K.P. Yohannan

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