¿En cuántas ocasiones nos ponemos a pelear con las circunstancias sin advertir, por nuestra terquedad, que Dios está en el asunto? ¿Cuántas veces, al ver nuestros planes frustrados, nos quejamos en vez de reconocer la intervención divina en tal situación?

Dios obra por caminos que a nosotros nos parecen misteriosos porque… sus pensamientos no son nuestros pensamientos, ni nuestros caminos sus caminos; los suyos son mucho más altos que los nuestros. Isaías 55:8-9.

Dios habla a sus hijos de muchas y variadas maneras por medio de su Espíritu Santo, siempre buscando bendecir a unos y a otros. ¿Por qué no siempre escuchamos su voz? ¿Sabes por qué? -Es que nuestros oídos están tan ocupados oyendo tantas voces en nuestro entorno, están tan inmersos en cuanto asunto se suscita en el ambiente que nos rodea y hablamos tanto y tanto ¡¡hay tanta interferencia!! que cuando Él nos habla, no lo advertimos y, por lo tanto, no podemos escucharlo. Tiene entonces que valerse de situaciones, a veces no muy amenas, para llamar nuestra atención. Y es que… su deseo es librarnos de todo mal.

Hagámonos más asequibles a nuestro Dios permaneciendo en Él siempre, atentos a sus avisos de alerta. Que nuestra posición sea en todo momento: “ON CALL”. (Estar disponible para cualquier llamada las 24 horas del día)

Cuando estamos en el sitio preciso, a la hora precisa, haciendo lo que es preciso… sentimos gran satisfacción por hacer lo que se supone que hagamos. ¡Adoramos al Señor, nuestro Dios!

ZCR

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