Jesús dijo: “Mi reino no es de este mundo.”
Los hijos de Dios están en el mundo pero tampoco son de este mundo. Aquí somos peregrinos, por lo que entonces concluímos que nuestra patria no está aquí sino en el cielo. Por tal razón jamás ser humano alguno será plenamente feliz en un ambiente que no es el suyo.

Nuestro bienestar permanente no se encuentra en la tierra con todo lo que el mundo pueda ofrecer pues esta no es nuestra casa; no estamos hechos para este mundo; aquí somos extranjeros y peregrinos. (1Pedro 2:11) Nuestra esperanza, nuestra paz y nuestro gozo es JESUCRISTO.

«La inconformidad en la tierra produce hambre del cielo. Dios despierta nuestra atención impartiéndonos con su gracia una profunda insatisfacción. La única tragedia en este caso sería sentirse conforme en una tierra extraña.» (Cita de Max Lucado)

Por eso, cuando observas cómo está el mundo y sientes malestar ante la evolución retrógrada cada vez más distante de lo que a Dios agrada, no te asombres por la insatisfacción que toca tu corazón… ¡No eres de aquí; no perteneces a este mundo!

• Mi reino no es de este mundo. Juan 18:36
• No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo como tampoco Yo soy del mundo. Juan 17:15-16
• Conforme a la FE murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos y creyéndolo y saludándolo y confesando que eran Extranjeros y Peregrinos sobre la tierra. Porque los que ésto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad. Hebreos 11:13-16

ZCR
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