Naturalmente

Naturalmente

Cuando Jesús estaba en la cruz, no le dijo a Juan: “Cuida de mi madre.” No le dejó una obligación; mas bien estableció una relación de afecto entre ambos: “Hijo, he aquí a tu madre.” Tan pronto como Juan se dio cuenta de la relación de afecto con la cual Jesús lo unía a María, el deber surgió como algo natural; si era hijo, tendría que cuidar a su madre.

Este incidente nos deja al descubierto el método de Jesús. Él no nos impone una serie de reglas y deberes, sino mas bien establece una relación con Dios. Nos dice: “Hijo, he allí a tu Padre.” Nos revela a Dios como a un Padre y al hombre como a un hijo.

Una vez que comprendemos este hecho central, todo lo demás fluye de un modo natural, como el manantial de una montaña que es alimentado por corrientes eternas. La vida adquiere significado infinito, metas infinitas, recursos infinitos. Y sobre todas las cosas nos proporciona una amistad infinita: Infinita y, no obstante, personal, porque todo es personal en el Dios infinito. Así nos lo revela Cristo.

Por: Stanley Jones

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