Mujer Realizada

Mujer Realizada

¡Cuántas mujeres piensan que están realizadas porque han alcanzado unas metas! Ya sea en su profesión o empresa o porque han alcanzado cierto nivel socio-económico o se han unido a cierto hombre importante en la sociedad o quizás se dedican a hacer obras de caridad; tal vez han sido aceptadas en cierto club social de prestigio o se han destacado de alguna manera en su comunidad… A lo mejor se han esmerado en levantar una familia y han logrado con sus esfuerzos darle una profesión a sus hijos.

Todas esas satisfacciones que se sienten al obtener unos logros personales, ¿Alcanzarán también al ser interior, a esa parte en nosotras que es espiritual? ¿Serán capaces de brindar paz y gozo permanente? ¿Será suficiente para mantenerte en firmeza cuando llegue el día malo?

Es bueno destacarse o distinguirse positivamente en unas áreas, pero… eso no es todo; no es suficiente para realmente creer, sentir, vivir y afirmar que una está realizada.

El término «realizada» supone una satisfacción por haber alcanzado algo que una se haya propuesto, llegar a la meta, sentirse completada. En muchos casos se obtienen unos logros, se alcanzan unas metas y se comienza a trazar otras. O sea, que lo que se ha alcanzado no es suficiente para que el bienestar que produce permanezca. Siempre queda un vacío o insatisfacción y se siguen intentando otras formas y maneras; se exploran otras alternativas que brinden satisfacción plena y permanente llegando siempre a la misma conclusión: Nada de lo que hagamos o alcancemos, absolutamente NADA, tiene el poder de llenar nuestro ser de ese bienestar interior que dure y perdure.

Sólo alcanzando la meta más elevada, la que sobrepasa por mucho todas las que el mundo pueda ofrecer: «la salvación eterna», lo cual supone el haber establecido una amistad personal e íntima con Dios; es eso lo que nos garantiza una realización plena y verdadera.

Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios para que estuviéramos en amistad con El siempre y, el estar en paz con Dios sí que nos hace sentir realizadas y completas y ésto se logra llenándose el vacío que nada ni nadie ha podido llenar, con la Pieza destinada por Dios para ello: JESUCRISTO, el Salvador de nuestras almas. No hay otro camino, no hay otro nombre, no hay otra puerta… Sólo Cristo satisface, sólo Cristo sacia, sólo Cristo llena lo más profundo de nuestro ser ahora y… por siempre.

Si has logrado la posición más alta o has adquirido todos los tesoros del mundo y estás en enemistad con Dios, en vano te has esforzado, de nada te sirve. «Porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.»

«Dijo un hombre rico a su alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.» Lucas 12:13-21

Trázate la meta más alta, la más importante de todas, la de más valor, la única que es eterna… para que puedas afirmar con seguridad y certeza que por fin estás verdaderamente realizada. Quita la mirada del mundo y elévala al cielo y vuelve ahora en amistad con Dios y tendrás paz; verás que no te tardarás en alcanzar lo más valioso, lo que llenará todo tu ser de la paz que sobrepasa todo entendimiento. «Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.» Romanos 5:1

«Buscad al Señor mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.» Isaías 55:6

Esto no es religión ni ninguna filosofía; no es una doctrina ni tiene que ver con sectas, organización ó Iglesia alguna… Esto es VIDA.

ZCR
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