Mira hacia arriba
Hay ciertos momentos en la vida en que circunstancias nos mueven a tomar decisiones las cuales otros no entienden pues el panorama que tienen ante sí, que no es el suyo, lo ven desde su propia óptica y manera de pensar. O sea, que si fuera de su incumbencia, otra sería la forma de tratar el asunto. Mas, como no lo es y no le compete en lo más mínimo, lo más que pueden hacer es intercambiar ignorancias sobre algo que no alcanzan a comprender.
Tan fuerte es la inquietud en algunos, que buscan la oportunidad de expresar sus ideas al respecto tratando de persuadir y disuadir por si lograran convencer con sus argumentos. Y es que…
Cuando estamos convencidos de que hacemos lo que se supone hagamos, no hay argumento, por válido que parezca y venga de quien venga, que nos haga cambiar de posición. Cuando quitamos del medio al ego y lo que eso supone y colocamos en orden de prioridad lo que realmente tiene valor, nos sentimos empujados por la mano invisible de Quien nos ama y dirige para bien. Nos dejamos llevar naturalmente en la certeza de que es el camino correcto el que hemos decidido andar. Y…
Los buenos frutos de esa semilla sembrada en el valle de la decisión los segamos en su tiempo, confirmando que el paso dado se hizo conforme a la voluntad de Quien sabe lo que más nos conviene aunque en el momento crucial no lo hayamos discernido y ésto…. aunque todavía haya quien se encuentre especulando por no poder ver más allá de lo que le rodea.
Me recuerda al apóstol Pedro cuando trató de reconvenir al Señor para que se compadeciera de sí mismo y no llegara a la cruz. Triste el caso de Pedro en aquel momento y triste el caso de los que como él no ven más allá de sus narices, como dice el dicho pueblerino… Así como le dijo Jesús a Pedro le dice también a los que no ponen su mirada en las cosas de arriba, las realmente valiosas: “¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.” Mateo 16:22-24
O sea, que las decisiones por insignificantes o importantes sean, no deben estar fundamentadas en los caprichosos y egoístas personalismos ni en lo que otros en su parecer aún de buena fe quisieran, sino, en aquello que está por encima de todo para bendición nuestra y la de los nuestros y gloria para el único que la merece y a quien pertenece… ¡Jesucristo el Señor!
“Estén quietos, y sepan que Yo soy Dios; Exaltado seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra.” Salmo 46:10 NBL
ZCR
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