Manos Protectoras

Manos Protectoras

Un viernes de verano en la noche seguía en mi carro compacto a unos amigos que guiaban un Lincoln mucho más grande que el mío, lo que me impedía la visibilidad al frente de ellos. De improviso el Lincoln se movió hacia el carril de la izquierda evitando a una camioneta Ford la cual estaba parada en el medio de la carretera tratando de virar hacia la izquierda para tomar su ruta. Yo frené y traté de girar el guía hacia la derecha pero, sin poder evitar una colisión, impacté la parte trasera del camión; iba mi carro a 45 millas por hora.

En ese tiempo no estaba la ley del cinturón de seguridad en vigor por lo que yo no tenía ninguno puesto. Pero, en el mismo momento del impacto, sentí unas manos poderosas sobre mis hombros que me sujetaron en el asiento. ¡No le pegué al guía, no salí volando a través del cristal y ni siquiera me moví del asiento!

La esposa del hombre que guiaba la camioneta, salió corriendo de su casa y llegó hasta mi carro a auxiliarme. Me ayudó a bajarme y no podía creer que, a pesar del impacto tan tremendo, yo estaba como si nada.

Mi carro fue declarado pérdida total y aunque fui terriblemente sacudida, ¡no me pasó nada! Debido a la tensión recibida en ese momento, estuve adolorida por los días siguientes, pero si no hubiera sido por el ángel que Dios envió a protegerme, de seguro hubiera muerto.

Tomado del libro de Lynn Valentine: Miracles

El ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Gustad y ved que es bueno el Señor; dichoso el hombre que confía en El.” Salmo 34:7-8

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