Creo que casi todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos ido a algún zoológico donde se ven animales que sólo en películas o en revistas habíamos visto. ¡Cuánto disfrutan los niños tocándolos y alimentando a unos pocos que se acercan no con mucho ánimo.

Y es que, lo que para unos supone un negocio, y para otros una diversión, es la mayor de las crueldades para los protagonistas del evento, los cuales han sido sacados de su “habitat”, o ambiente natural, impidiéndosele que puedan vivir el ciclo de vida señalado por el Creador, en disfrute y en libertad. Me causa una tristeza inmensa ver a estos pobres animales, prisioneros, tirados sin ánimo, durmiendo casi todo el tiempo, y lejos del ambiente en el que podrían disfrutar conforme a lo que Dios dispuso para cada cual conforme a su especie.

Y, no hay que ir muy lejos para ser testigo de esa realidad … ¿Has visto a los hermosos pajaritos en minúsculas jaulas caseras, en donde se ven imposibilitados de ejercer lo que más les distingue de los demás animales, que es poder volar con toda libertad?

Y, si lástima nos produce este panorama con relación a la fauna, más tétrico y angustioso es el del ser humano que, por su propia voluntad, decide vivir fuera del ambiente propicio y vital, preparado por Dios, para su mayor bienestar, privándose a sí mismo de la verdadera libertad.

El que escoge vivir la vida a su manera, separado de Aquél que lo creó, se verá enfrentando dificultades de diferentes naturalezas a lo largo de toda su existencia, y después de ésta, la muerte eterna si a tiempo no se apercibe. Se ignora que en el mundo hay dos señoríos a los que, a uno de los dos, cada cual ha decidido pertenecer: El reino de la Luz o el reino de las tinieblas, El Príncipe de Paz o el príncipe del mundo, El que es la Verdad o el padre de Mentira, El Buen Pastor o el ladrón y salteador, El Salvador o el Acusador… JESUCRISTO o Satanás… En eso nos va la libertad, la paz y la vida eterna.

“Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. Así que, si el Hijo los libertare, serán verdaderamente libres.” Juan 8:31-32,36

Los animales son llevados cautivos sin que éstos puedan opinar al respecto, pero el ser humano, voluntariamente, decide el derrotero de su vida mediante el libre albedrío que Dios puso un sus manos y que no va a coartar. Si te amas a ti mismo(a) de verdad, detén la carrera desenfrenada que hasta ahora has llevado y considera salir del cautiverio que te has autoimpuesto y entra al Camino que lleva a la Vida y a la Bendición.

“Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte.” Proverbios 14:12

ZCR
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