La mesa está servida
¡Qué hermoso cuando nos juntamos dos o más a hablar lo que bendice, lo que levanta, lo que edifica! ¡Qué importante es y qué necesario se hace el compartir en la unidad que ni el tiempo ni la distancia pueden quebrar! porque… el amor de Dios que recibimos de Él, es el vínculo perfecto.
En cierta conversación que sostenía con una amiga muy querida ésta me recordó un sueño que una vez yo tuve y el cual había compartido con ella. En el mismo yo servía una mesa e invitaba a sentarse a unas personas mientras citaba la porción bíblica del libro a los Romanos (12:20) “Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.” (Romanos 12:20 RVR1960). En Proverbios 25:21-22 NTV, termina diciendo esa misma cita: “…y el SEÑOR te recompensará.”
(En otras palabras: Quienes viven con la obsesión de despojar a otros de su bienestar y paz, se les deja que continúen con su agenda hasta que se den cuenta que su hambre y sed de injusticia jamás será saciada. Al realizar que todo intento es frustrado, su cabeza, irremediablemente, se llena de interrogantes y confusión.)
Y es que… si se hiciera lo contrario, estaríamos dejando pasar una oportunidad de oro para confiar y descansar en el Señor, crecer en amor y permanecer en la paz. Bendecir a los que nos persiguen y hacen mal es a lo que nos ha llamado el Señor… Actitud que no comprende quien vive “a capella”, término que se refiere a cantar sin acompañamiento musical, pero, que acostumbro echar mano de la analogía para describir a quienes caminan en la vida haciendo las cosas a su forma y manera según le dicta su corazón, sin contar, por supuesto, con la dirección divina.
Así es que vive, por no decir que sólo existe, la persona que, estando la tierra llena de la gloria de Dios, prefiere huirle a la luz y seguir caminando en las densas tinieblas… ambiente que en ocasiones se presenta de lo más divertido, pero que lo que guarda oculto como en caja de pandora son sorpresas no muy agradables por hacer como el salmón, que nada en contra de la corriente. (Uno con propósito de multiplicar su especie, el otro lo que multiplica son sinsabores.) Es la senda del amor que Dios estableció la que nos mantiene en la bendición…
La verdad es que… “el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque éstas sólo se pueden discernir espiritualmente.” 1 Corintios 2:14
Se revele el Señor a todos los que se encuentren en semejante situación y crean de corazón lo mucho que Dios les ama…
¡Bendiciones sean sobre ti y los tuyos de manera grande y abundante!
ZCR