La Ignorancia es atrevida
Unos expertos en cazar cocodrilos llevaban a cabo su tarea, tomando sus presas con sus manos y atándolos con una destreza tal que, por un momento, la noticia captó mi atención. La experiencia en estas lides les había llenado de confianza en sí mismos, tanto que se tiraban al agua sin protección alguna y comenzaban su pesca como si los reptiles fueran inofensivos pececillos.
Luego me enteré que uno de estos hombres fue atacado por un animal en el agua mientras se filmaba una de estas aventuras, y muerto, debido al veneno adquirido de la cola punzante del animal. Esto, en el mismo lugar en que por mucho tiempo había demostrado su vigor y osadía. Triste experiencia que dejó viuda a una joven mujer, y huérfanos, a su hija de ocho años y su hijito de tres.
Se ha sabido de acróbatas experimentados en su oficio que, habiendo sido ovacionados en infinidad de ocasiones por lo excelente de su espectáculo, el día menos pensado hicieron su última función muriendo en el mismo lugar en que habían exhibido su audacia.
Y así, podría mencionar a tantos en diferentes profesiones y oficios que, habituados a cosechar glorias por sus dones, talentos, inteligencia, estrategia y en muchos casos, su astucia, les llegó el día en que la escalera que usaban para ascender, se les quebró a mitad de camino provocando una estrepitosa e inesperada caída. ¡Qué triste!
Y es que el ser humano, a medida en que va obteniendo logros por sus ejecutorias, se va sintiendo grande, poderoso y autosuficiente… perdiendo de perspectiva que todo lo que ha recibido en la vida no proviene de sí mismo, sino que le ha sido dado de arriba… del Todopoderoso Dios. El despliegue de inteligencia humana opaca la sabiduría… ¡La ignorancia es atrevida!
Nuestro Dios es Soberano y Omnipotente y su Misericordia es infinita… Por el contrario, todo ser humano es impotente, insuficiente en sí mismo, débil y necesitado de Él, no importando cuánto haya logrado y alcanzado en este mundo y cuánto la sociedad le haya ensalzado. Es el Dios del cielo y Salvador de nuestras almas, quien, en todo y por todo, merece la Gloria, la Alabanza y el Honor, porque sólo a Él pertenece. Sin Dios nada somos y nada bueno podemos hacer…
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en Mí, y Yo en él éste lleva mucho fruto; porque separados de Mí nada podéis hacer.» Juan 15:5
ZCR