Irreversible
¿Será posible que el aceite y el vinagre se junten, se fusionen, formen entre sí una mezcla sin que haya separación entre las partículas distintivas de cada cual? De todo punto imposible… La naturaleza de cada uno impide que esto suceda. Según la física, estas son sustancias con polaridades contrarias; jamás podrán ligarse; son inmiscibles. Si se juntan no pueden formar una mezcla homogénea, sino, heterogénea. (La naturaleza de sus elementos son diferentes.) Tendría que darse una transformación en su naturaleza para que lo contrario ocurriera, lo que no creo sea posible… el aceite siempre será aceite y el vinagre seguirá siendo vinagre.
Eso mismo sucede con el espíritu y la carne… Hay tanta disparidad, sus naturalezas son tan diferentes, están tan lejos uno del otro que jamás podrán fusionarse, jamás podrá haber acuerdo entre uno y otro; uno es físico, el otro espiritual… Tan distantes uno del otro como lo está la tierra del cielo.
Cuando la oruga se tranforma en mariposa permanece y permanecerá siendo mariposa hasta que el ciclo de vida llegue a su fin. Nada ni nadie podrá hacer que tal transformación sea revertida, o sea, que vuelva a su estado original. ¡Interesante, verdad! Pues… Asimismo sucede con la persona que se encuentra con Cristo, que nace del Espíritu, que vive una experiencia de metamorfosis espiritual.
Como nueva criatura ha pasado de las tinieblas a la luz, de la mentira a la verdad, de la esclavitud a la libertad y… es atraída por lo alto, lo valioso y lo eterno, lo espiritual. Su mente es renovada y sus intereses cambiados; ha entrado en el verdadero gozo, no el que el mundo da, sino el que anunció el ángel a los pastores en Belén, el del Señor, ese que inunda lo más profundo del ser hasta que la copa rebosa.
La aflicción podrá asomarse para afectar física o emocionalmente, mas, si en el nombre de Jesús tomamos autoridad, no hay sentidos, ni pensamientos ni sentimientos que impidan que nuestro espíritu se eleve cual águila a las alturas para gozarse en la presencia del Amado en la libertad con que Cristo nos hizo libres y esto, aunque la circunstancia siga siendo la misma. “En su presencia hay plenitud de gozo, delicias a su diestra para siempre.” Salmos 16:11
Cuando hemos “vivido la experiencia” del nacimiento en el espíritu al encontrarnos con Cristo, nada ni nadie nos puede volver a la vieja naturaleza. ¡De todo punto imposible! Tal regeneración es… irreversible. Por eso…
…no importa el gigante que nos provoque, o la piedra que encontremos en el camino, o la montaña que intente impedir que lleguemos al valle, o las nubes que se interpongan en la luz del sol, o los terremotos que se luzcan sacudiéndonos, o el virus mortal haciendo de las suyas en todo el globo terráqueo… si mantenemos los pies sobre la Roca y los ojos en el Amado, nada podrá hacer que la paz y el gozo se desvanezcan; nada, absolutamente nada podrá apartarnos del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.
“El que está en Cristo nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17)
ZCR