Integridad

Integridad

Rosalie Elliott había llegado a la cuarta ronda de una competencia nacional de ortografía en Washington. A la niña de once años se le había pedido que deletreara la palabra avowal. En su suave acento sureño, deletreó la palabra, pero los jueces no podían determinar si para la penúltima letra ella había pronunciado una a o una e.

Debatieron entre ellos por algunos minutos mientras oían la grabación una y otra vez. Sin embargo, la letra crucial se escuchaba con acento borroso por lo que no podían descifrarla.

Finalmente, el juez principal decidió preguntar a la única persona que sabía la contestación. -«¿Era la letra una a o era una e?» Le preguntó a Rosalie. Para ese momento, Rosalie había escuchado la ortografía correcta de la palabra. Sin embargo, sin dudarlo, contestó que ella se había equivocado al deletrearla. ¡Exaltó los valores aprendidos en casa!

Toda la audiencia se levantó y aplaudió, incluyendo como 50 reporteros de los medios noticiosos que estaban en el lugar cubriendo el evento. Rosalie perdió la competencia, pero se destacó como una triunfadora y más que victoriosa. Muy pocos recuerdan el nombre de la persona que obtuvo el primer premio ese año, pero el nombre de Rosalie Elliott siempre se menciona dondequiera que se habla de integridad.

La prueba de integridad para cada uno de nosotros puede que no sea pública, pero debemos de practicarla a diario en nuestra vida de familia y donde quiera que nos movamos. ¡Cuánta satisfacción produce!

Señor, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón.” Salmo 15:1-2

Artículo tomado del Libro:
«God’s Little Lessons on Life for Women»

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