Una de las euforias colectivas de esta era cibernética, motivada por tantas razones como personas que se registran, son las páginas sociales. Dependiendo del uso que cada cual le dé será la edificación o lo contrario lo que reciba. ¿Qué me mueve para traer este tema?

En dichos sitios tienen ciertas reglas las cuales deben ser acatadas, y una de ellas es la prohibición del registro de niños menores de edad. Me maravilla ver chiquitos que aún no tienen la edad requerida, con una lista kilométrica de amigos en su página en la que se encuentran, no solamente niños, sino también adultos, incluyendo a sus padres.

De la misma manera que echan mano de la mentira y el engaño en ésto, asimismo lo harán en cualquier asunto en que se empeñen en salirse con la suya, pasando por alto reglas, normas, estatutos, preceptos, leyes y… autoridades, incluyendo la más alta de todas: la Divina. Y esto, con la aprobación de sus padres. ¡Increíble! ¡Oye! papá y mamá: ¿AMAS a tus hijos?

Esta sociedad se va tornando cada vez más “interesante” por no usar el término que mejor la describiría… Vemos desfilar consecuencias, producto de la irresponsabilidad de muchos pero nadie se da por aludido. Recalco que es el HOGAR donde se forma la sociedad responsable o la causante del caos y la crisis que se ve de día en día… Y reitero lo dicho anteriormente: Nadie se da por aludido…

Pues para aquellos que se quieren hacer los indiferentes, les tengo noticias: Si tú, padre o madre de algún niño/a que desde ahora se vale del engaño para salirse con la suya en lo que sea, estás faltando al mandato divino establecido para su bendición: “El padre que AMA a sus hijos los instruye y disciplina.” No colabores para hacer de este mundo uno cada vez más crítico, enfermo y menos habitable… Si los padres no se esmeran en acercar a sus hijos a Dios, el mundo se encargará de alejarlos.

Felicito a los padres responsables que se esmeran en educar a sus hijos como Dios manda sembrando la buena semilla de la cual, en su tiempo, cosecharán los más hermosos y sabrosos frutos…

«Enséñale al niño el camino correcto y aún en su vejez no lo abandonará.” Proverbios 22:6

ZCR
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