Cuántas veces nos ofuscamos mirando lo que circunda nuestro ambiente sin darnos cuenta que, eso que por alguna razón nos llama la atención contribuye a sumir nuestros pensamientos en vanidades y sentimientos de los cuales debemos de cuidarnos.

¡Cuánto espejismo y falsas salidas presenta el mundo tratando de deslumbrar con aquello que perece y desviar la atención de lo que es verdadero! “Tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante.” Proverbios 4:25

Aprende a discernir entre lo que edifica y lo que impide que sigas avanzando, lo que se presenta como bendición y lejos está de serlo. “La bendición del Señor es la que enriquece y no añade tristeza con ella.” Proverbios 10:22

No permitas que tus ojos se desvíen hacia aquello que en el momento brilla con todo su fulgor… podría suponer un peligro inminente. Como dice el dicho popular: «No todo lo que brilla es oro.» ¡No todo lo que resplandece es vida! Mantén tus ojos en Jesús quien no te engaña, sino te habla verdad; no te impone cargas, sino que te libera; no te humilla, sino que te levanta; no te confunde, sino que te llena de paz. “Por tanto, a Ti, oh Señor, miran mis ojos; en Ti he confiado; no desampares mi alma.” Salmos 141:8

“Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses‬ ‭3:13-14‬ ‭

ZCR
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