En Todo Dios Está

En Todo Dios Está

Es interesante ver cómo las experiencias vividas, aunque no siempre placenteras, nos enriquecen sobremanera. Cuando buscamos a Dios en la circunstancia que sea, siempre lo encontramos, y con Él, los tesoros que nos tiene guardados a través de ella. Siempre hay un mensaje el cual debemos captar, entender y atesorar.

Después de casi tres semanas fuera de mi país, regresé a mi hogar con un resfriado bastante interesante, tan interesante que quedé sin audición. Mi sentido del oído se afectó por completo. Varios fueron los medicamentos que pasaron por mi boca, mas la condición seguía igual; no escuchaba absolutamente nada. Mis oídos se petrificaron; me encontraba sumida en el mundo del silencio. Quien quería comunicarse conmigo tenía que escribirme…

Los dardos de fuego que intentaban sacarme de la paz los apagaba con el escudo de la FE: “Mi cuerpo es el templo del Espíritu Santo”, “El Señor sana todas mis dolencias”; “Es la voluntad de Dios sanarme”, “Por sus llagas yo fui sanada

Tenía la certeza que según llegó la condición, asimismo se iría. Con plena convicción, seguí confesando: “Jesús es mi Sanador… Por su llaga fuimos nosotros curados”

Más tarde ese mismo día, noté que estaba escuchando el sonido que producía el agua al caer; encendí el equipo para escuchar música y pude oirla en volúmen normal; me acerqué al aire acondicionado y lo escuchaba… Dondequiera me movía volví a oir los sonidos propios y característicos del lugar. No pude menos que empezar a alabar y dar gracias a mi Señor por su Fidelidad. “La Palabra de Dios JAMÁS vuelve atrás vacía; hace aquello para lo cual es enviada.” Isaías 55:11.

Eché mi ansiedad sobre Jesús, mi Amigo Fiel, resistiendo firme en la Fe, y aprovechando el tiempo en la elaboración de una edición de la revista “Compartiendo” la cual disfruté de principio a fin. ¡A Él sea la Gloria, la Honra y la Alabanza!

La condición de la sordera se tornó algo jocosa, sacando yo partido de todo y todos para gozarme en medio de ella. Y, ¿sabes qué me puso a pensar de manera especial? –El mundo del silencio en que viven aquellos que, por alguna razón, han perdido el sentido del oído… esas personas que nunca han escuchado el trinar de las aves, el murmullo del mar, el llanto y la risa de un niño, las canciones de cuna que le cantarían sus madres durante su infancia, las palabras de cariño y aliento de los seres queridos, la música que escuchamos para alabar y exaltar el Nombre que es sobre todo nombre, JESÚS. el Amigo Fiel…

Mas también llegué a la conclusión de que tal condición tiene también sus ventajas… se libran esas personas de todo ruido innecesario que a tantos están constantemente afectando y sacando de la paz. En todo hay propósito y la vida de cada cual es única y especial… Aprendamos a sacar provecho de cada circunstancia teniendo la certeza de que en todo… ¡Dios está!

ZCR
www.eladmirable.net

Los comentarios están cerrados.