En amor y en paz
Una diferencia de opiniones llevó a dos amigos a distanciarse rompiendo la buena relación que hasta entonces habían tenido. Tan fuerte fue la contienda del momento que ambos decidieron en su corazón no volver a comunicarse entre sí y… así lo hicieron. Los buenos momentos de los que ambas familias habían disfrutado quedaron en el olvido como si nunca se hubieran conocido.
¡Qué triste es permitir que sean los sentimientos los que manejen la vida de los humanos y no la razón, la buena voluntad y el amor! Y es que el verdadero amor, el que excede a todo conocimiento, ese que no consiste sólo en palabras, sino, que se manifiesta de hecho y en verdad, el que nunca deja de ser… no se fabrica en el mundo, nadie lo puede elaborar por mas que lo intenten… llegó del cielo como el don más preciado, el regalo de más valor…
…Regalo que tiene nombre… JESÚS, el Amor de Dios personificado, quien vino al mundo a acercarnos al Padre haciendo con Él la paz para siempre y eternamente y convertirnos así en pacificadores para con los demás. No hay paz verdadera si no se ha conocido el verdadero amor…
La historia que fundamenta este escrito no es algo fuera de lo común; con personajes y circunstancias diferentes, son muy semejantes unas a las otras en la manera de tratar los asuntos que traen discordia y en las cuales, en vez de construir puentes que limen las asperezas se erigen murallas y esto… por no haber conocido al Amor de los amores, el Príncipe de Paz.
“Si es posible, y en cuanto dependa de nosotros, vivamos en paz con todos.»
Romanos 12:18 RVC
¡Cuánto bienestar produce la libertad que resulta de vivir en Amor y en Paz! ¡Gracias a Dios por Jesucristo! ¡A Él sea la Gloria, la Honra y la Alabanza!