El Día de Hoy

El Día de Hoy

Para aprovechar al máximo el día de hoy y asegurar el triunfo del mañana, debemos aprender y comprender las valiosas enseñanzas que se encuentran guardadas en la historia del ayer.

¿Vivencias hermosas dignas de recordar? ¿Momentos gratos que nos marcaron positivamente? ¿Enseñanzas que nos ayudaron a avanzar? Pues sí, eso y más. ¿Qué de las crisis que aún rondan la memoria y que, aunque duelan todavía… no se quieren soltar?

En aquello que consideramos duro y tenebroso hay tesoros de valor incalculable, aunque el corazón más que la razón, se niegue a aceptar. No hay experiencia vivida, por difícil que haya sido, que no guarde en sí misma un mensaje alentador esperando ser descubierto por la persona valiente y atrevida que se disponga a buscar; teniendo claro que los pensamientos de Dios son más altos que los nuestros. O sea, que para Dios, es lo espiritual lo realmente valioso. 

El ayer ya pasó; por más que quisiéramos que las manecillas del reloj den vuelta atrás, jamás se podrá lograr. Si en vez de vivir derramando el veneno de la amargura sobre todo el que encontramos en el camino, nos enfrentáramos a la realidad de las debilidades propias, errores, malas decisiones y manera burda y errática de funcionar, estaríamos avanzando en sabiduría y estableciendo los cimientos para un futuro más placentero y lleno de paz.

Los tesoros más valiosos se encuentran en la oscuridad… por el brillo y resplandor que les caracteriza los podrá encontrar todo el que se disponga a hacer de tal búsqueda su más sublime y excitante aventura.

La clave que garantiza el triunfo del futuro descansa en las decisiones que tomemos hoy, basadas en la sabiduría que hemos adquirido de las experiencias pasadas. Hagamos del día de hoy el más fértil, sembrando la mejor semilla, para que gocemos de sus sabrosos frutos en el tiempo de la siega.

El Ayer es historia; el Mañana es una interrogante para algunos y la esperanza de gloria para quienes tenemos la mirada en Jesús; el Hoy es la oportunidad de oro para enmendar el ayer y asegurar el bienestar eterno del mañana.

“Este es el día que hizo el Señor; nos gozaremos y alegraremos en él.” Salmo 118:24

ZCR
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