El Desastre de María
Dios está hablando a la humanidad y esto, por no decir que está gritando. ¡Es que nos Ama demasiado! Detrás de cada crisis, cada tragedia, cada desastre natural hay un mensaje para toda nación, todo gobierno, toda sociedad, toda familia y todo individuo. ¿Qué trata de comunicar el Soberano Dios a las vidas en medio de cada crisis?
Cada cual conoce su historia, mas en términos generales, nuestro amante Creador está dando las últimas oportunidades para que cada una de sus criaturas entienda que sin Dios, el ser humano nada es y nada bueno puede hacer; imposible sobrevivir en un mundo lleno de caos sin Dios y sin esperanza. Cada persona debe tener bien claro que hay una necesidad urgente: “HACER LA PAZ CON DIOS POR MEDIO DE JESUCRISTO.” Y…
Es JESUCRISTO, y no otro o ninguna otra… lo crean o no lo crean, lo acepten o lo rechacen, lo reciban humildemente o se molesten… ¡Esta es la VERDAD!
Son muchos los que se han dejado influenciar por las medias verdades de una religión fundamentada en doctrinas de hombres que, dejándose llevar por la tradición y la sinrazón, han cerrado las puertas a la revelación del cielo. Y mientras más tiempo pasa, más se endurecen los corazones, para su propio mal.
¿Será casualidad que el terrible huracán que se desató sin piedad en el Caribe, tocando y destrozando a mi isla Puerto Rico como nunca, se llame María? ¿Habrá alguna relación entre el desastre y la devoción exagerada de muchos hacia la madre de nuestro Salvador poniendo en segundo plano al Único que merece adoración y reverencia? El que quiera entender que entienda y, el que desee permanecer en el oscurantismo de la incredulidad tiene la libertad de hacerlo. Mas….
Tengamos presente que hay uno que anda como león rugiente buscando a quien devorar… el ladrón que viene a hurtar, matar y destruir; el que no pierde oportunidad para dañar cuando se le abre una puerta. Y… son muchas las puertas que la humanidad le ha estado abriendo por vivir separados de Dios.
Viviendo en el tiempo de la gracia y creyendo que la sangre del Cordero fue derramada por tod@s, creo firmemente que Dios no desea mal alguno para nadie sino el bien, por lo que, en medio de toda adversidad, proclamo su Amor y Fidelidad.
«Yo declaro y proclamo que Puerto Rico es la isla del Cordero.»
La historia de Noé se repite y para los que a tiempo se aperciban y quieran escapar por su vida, el arca está aún abierta. Los que reconocemos las señales, estamos viendo que el tiempo ya se acaba…
Levanto en alto el nombre del Cristo Glorioso y exalto su Fidelidad en medio de toda circunstancia… Antes de conocer sobre la formación del huracán María, ya mi esposo y yo habíamos planificado ir hacia los Estados Unidos de América. Por razón de su trabajo él tuvo que desistir del viaje y en su lugar salí acompañada de nuestra hija mayor. A los pocos días de haber salido de la isla empezaron los pronósticos de la amenaza que se esperaba sobre PR e islas adyacentes. Habiendo pasado antes el huracán Irma el cual no fue tan severo, al conocerse sobre María y a pesar de las serias advertencias, la severidad del fenómeno tomó a la gente por sorpresa pues Puerto Rico no sufría una catástrofe de esa magnitud desde el año 1928.
Los que se enteraron a través de las terribles noticias han podido ver o escuchar la condición devastadora en que ha quedado nuestra amada Borinquen. Y en esta ocasión no fueron los más pobres los afectados solamente; todo el mundo “cogió su agüita”, como decimos en PR. No agua, no electricidad no comunicación, no gasolina, no diesel, no alimentos, no medicamentos… ¡Situación triste por demás!
¿Por qué a Dios le plació sacarnos de nuestro país antes de tal odisea? Por muchas razones que Él sabe y que poco a poco hemos podido discernir. ¡Al Admirable damos Gloria, Honra y Alabanza!
“Bendeciré al Señor en todo tiempo; su alabanza estará de contínuo en mi boca.” Salmos 34:1
“Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal;
Me ocultará en lo reservado de su morada; sobre una roca me pondrá en alto.” Salmos 27:5
Confío en el Señor que tan terrible experiencia lleve a los afectados de una forma u otra a reflexionar y a encomendar sus vidas al único que garantiza paz y bienestar aquí en esta tierra y más allá del cielo azul por siempre y siempre. ¡Bendiciones sobreabundantes sean derramadas sobre ti y los tuyos!
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo…” Romanos 5:1 RVR1960
ZCR
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