Como niños
“Fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve.” (Hebreos 12:1) Cuando esperamos lo que no vemos, tendremos recompensa: veremos lo que creímos que íbamos a ver.
Jesús le dijo a Tomás: “Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron.” Juan 20:29
Los campos estaban secos; el verdor de las plantas había desaparecido por la falta de lluvia. Las cosechas estaban moribundas por carecer del preciado líquido para su sostenimiento. Las gentes estaban ansiosas e irritables al mirar para el cielo y no ver señal alguna de lluvia. Los días se convirtieron en semanas, secas y áridas por demás.
Ante tal terrible situación, los ministros en los templos convocaron a sus congregaciones a unirse en una hora de oración el sábado siguiente en la plazoleta del pueblo. Solicitaron que llevaran consigo un objeto que pudiera significar una inspiración como símbolo de su fe.
En el día señalado, la plazoleta se llenó de personas de todos los lugares, con rostros ansiosos y corazones llenos de esperanza. Los ministros se emocionaron al ver tal diversidad de objetos en las manos de los creyentes: libros devocionales, cruces, Biblias, himnarios, y mucho más.
Comenzaron a orar, y al concluir la hora programada, como por arte de magia, unas lloviznas comenzaron a descender. Inmediatamente se formó una algarabía de gentes alabando a Dios y levantando sus objetos en señal de gratitud. En medio del gentío, un objeto símbolo de fe parecía opacar al resto. Una niñita de nueve años había llevado una sombrilla…
“En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo:
Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.” Lucas 10:21
ZCR