En el mundo hay cosas muy hermosas que nos impresionan; hemos alcanzado metas que nos satisfacen sobremanera, hemos vivido experiencias tan tiernas que nos derriten el corazón y vivencias tan profundas que nos conmueven el alma, pero… si nos despojaran de todo eso y nos ubicaran en el desierto, todavía tendríamos razón para danzar en la arena. Y es que…

JESÚS, el Admirable Príncipe de Paz, el Todopoderoso Dios «habita en nosotros,» misterio oculto por los siglos y las edades, mas manifestado a quienes han reconocido que sin Él no hay esperanza; que es el único que les puede rescatar de su miseria espiritual.

Misterio revelado:
«Cristo en nosotros, la esperanza de gloria.» Colosenses 1:27

Cuando pienso hasta qué punto se humilló el Amado para amistarme con el Padre, no puedo menos que rendirme en adoración y exaltar su nombre con todo el aliento de mi espíritu. Mi corazón se desborda en agradecimiento por su gran Amor manifestado de día en día… ¡JESUCRISTO, Admirable Príncipe de Paz… No hay otro como Tú! ¡Prefiero habitar en el árido desierto que en un oasis alejada de tu amor, oh Señor!

Si sientes un vacío en tu interior que nada ni nadie ha podido llenar, entiende que es ese el espacio reservado para el Único que lo puede ocupar: Jesucristo el Señor; Él es el Pan y el agua de vida que satisface hasta saciar. Jamás en la tierra hallarás la paz, el gozo y la vida abundante que sólo Él te puede dar, porque… te ama de verdad. Y…

…ten por cierto que… esto no es religión de ocasión, ni una palabrería tirada al aire sin ton ni son; esto es vida que se vive en una relación real y de verdad con el Dios de amor. Yo puedo dar testimonio de la diferencia entre la mera existencia y la verdadera vida. Escoge tú también la vida para que vivas…

“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.” Juan‬ ‭6:35‬ ‭RVR1960‬‬

ZCR
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