¡Cuánto nos cuesta pasar por alto una ofensa, especialmente esa que, gratuitamente, se recibe sin razón, sin causa ni justificación! Mas, ¡qué bien nos sentimos cuando desviamos la atención de eso que pretende sacarnos del sosiego y bienestar y nos enfocamos en JESÚS! ¡Cuánta seguridad encontramos al refugiarnos en los tiernos brazos del amado Salvador!

De mi más sabio y amoroso Maestro aprendí a defenderme sin recurrir a la venganza, pues es Él quien venga mis agravios; aprendí a ignorar toda provocación ya que ninguna amerita consideración, y aprendí a perdonar sin guardar rencor pues… antes, aprendí lo que significa confiar en Él para permanecer en la Paz real y en el verdadero Amor, ese que nunca deja de ser…

…no en la paz circunstancial y temporera que da el mundo, ni en el amor humano egocéntrico, incompleto e imperfecto, fundamentado en intereses personalísimos, que ayer parecía que era y hoy no es… diferencia tan marcada y distante como lo es el cielo de la tierra, por eso…

…tengamos bien presente que el deleite de la venganza es momentáneo mas el del amor es ahora y por toda la eternidad, segando cada cual, de la semilla sembrada, los frutos buenos o no muy buenos… en su tiempo.

Nada fortalece tanto como creer y confiar en Quien promete y siempre cumple… Jesucristo; su amor no cambia y tampoco se extingue porque no tiene final.

“Enamorarse de Jesús es el mayor romance; buscar su rostro es la mayor aventura; encontrarse con Él es el mayor logro.” (Agustin de Hippo)

“Anhela la presencia de Dios mismo, nada que tenga que ver con religión.” (A.W Tozer) Sea el Dios del cielo, a través de Jesucristo, llenando el vacío espiritual que en el mundo nada ni nadie te ha podido llenar.

“Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Aguarda al Señor; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera al Señor.” Salmos‬ ‭27:13-14‬ ‬

ZCR
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