Vacío de Dios
Muchas de las personas destacadas en la historia han admitido haber sentido un gran vacío en sus vidas.
H.S. Smith, historiador y filósofo, confesó en cierta ocasión: “No tengo paz, y a mi vida se le está acabando la cuerda.”
El poeta inglés, Lord Byron, escribió: “Mis días son como los de la hoja caduca, ya amarilla. Las flores y los frutos en mi ser ya no están, se secaron; sólo me quedan el gusano, la podredumbre y la aflicción.”
Thoreau, escritor naturalista, admitió: “La mayoría de los hombres viven en una desesperación ya entumecida.”
Ralph Barton, caricaturista famoso, escribió antes de quitarse la vida: “He tenido pocas dificultades, muchos amigos, un éxito apoteósico; he ido de esposa en esposa, de casa en casa, de país en país, pero ya estoy hastiado de estar inventando diferentes maneras de llenar las 24 horas de cada día.”
Pascal declaró: “Hay un vacío creado por Dios en cada corazón que sólo Él puede llenar por medio de su Hijo Jesucristo.”
“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por Ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.” Salmos 42:1-2
En su escrito: Cómo tener un Corazón Satisfecho, Andrew Murray expresaba: «Si hubiera personas que se sienten tristes porque aún no han conocido el gozo de Dios -Atiendan, les tengo noticias. Todo se circunda a una cosa: Que así como el bebé vive de día en día en los brazos de su madre, y va creciendo año tras año bajo su vigilancia y cuidado… así también es posible que tú puedas vivir cada día de tu vida en comunión, en camaradería y en amistad con Jesús.” En su presencia hay plenitud de gozo…
El haber sido creado a imagen y semejanza de Dios revela la espiritualidad esencial del hombre, por lo que el espíritu anhela unirse al Espíritu de Dios.
En su libro, “El Hombre- La Morada de Dios”, A.W. Tozer dice: “La pérdida más trágica para el hombre en su caída ha sido vaciar el santuario interno donde moraba el Espíritu de Dios, ese lugar interior del ser humano preparado para ser ocupado por el Dios trino y que, por causa del pecado, perdió tan tremendo privilegio, teniendo entonces que vivir solo, sin Dios.”
Tan íntimamente privado es ese lugar que ninguna criatura puede allegarse a él; sólo Cristo puede hacer su entrada invitándosele por medio de la fe. Y… es en la operación espiritual ocurrida en el nuevo nacimiento, que el Espíritu de Dios establece su residencia en lo más profundo del corazón del creyente. «He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.» Apocalipsis 3:20
Se podrá poseer de todo, hacer todo lo que pueda producir la mayor de las satisfacciones, alcanzar los más altos logros, adquirir todo lo que con dinero se pueda comprar, obtener el más codiciado título en la sociedad, vivir como reyes, príncipes y gobernantes, pero… si el vacío por la falta de Dios en su corazón no es llenado, saciado, satisfecho y realizado con la presencia insustituible del Admirable Rey de Reyes y Señor de Señores, Jesús, el Hijo de Dios… vano habrá sido todo esfuerzo en su caminar por la vida, malogrado será todo sueño; toda ilusión terminará en el más triste y doloroso desengaño.
“Porque todo lo que hay en el mundo: los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” 1Juan 2:16-17
ZCR
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