Si Todo te Falla…

Si Todo te Falla…

La costumbre en la mayoría de las personas al comenzar a ensamblar algún mueble o artefacto es confiar en su destreza o dejarse llevar por el conocimiento que pudieran tener sobre el particular. Fallan una y otra vez viéndose ante la situación de tener que comenzar de nuevo y, en ocasiones, hasta se pierden piezas por colocarlas en la posición incorrecta. No es hasta que deciden recurrir a las instrucciones que se acompañan, y seguirlas al pie de la letra, que salen del atolladero en que estaban sumidos por resistirse a hacer el trabajo como otro ya había establecido. “Cuando todo te falle, haz un alto y lee las instrucciones.”

¡Qué mucho les cuesta a algunas personas reconocer que no se las saben todas! ¡Se sienten tan seguras y tan bien haciendo las cosas a su manera, sin pensar que le puede sorprender un inminente y rotundo fracaso!

La sociedad está compuesta de gentes completamente diferentes una de la otra. La idea del Creador es que se establezca la unidad entre todos complementándose en sus diferencias. O sea, que lo que uno no puede hacer, lo puede hacer el otro; lo que a uno le falta, al otro le sobra. Pero, la lucha por la exaltación del ego en algunos es tal que son capaces de lo que sea con tal de permanecer en la posición de grandeza ilusoria y de altanería que se han ingeniado. Lo que no sabe la pobre criatura humana es que con su soberbia no está afrentando a sus congéneres, sino, a Dios mismo, quien es el único grande, poderoso y soberano.

¡Cuántos problemas nos buscamos a veces los humanos por depender de nuestra fortaleza y andar conforme a nuestro propio criterio! Luego, al vernos entre la espada y la pared, o al encontrarnos en un túnel sin salida, y cuando nada ni nadie nos puede auxiliar… entonces, como Jonás, nos acordamos de que hay un Dios en el cielo que podría ayudarnos. Si tan sólo lo hubiéramos tomado en cuenta en el principio, mucho tiempo y esfuerzo nos hubiéramos ahorrado y otro hubiera sido el desenlace de la odisea. Por eso…

…Cuando te vuelvas a encontrar frente a una caja de piezas, antes de comenzar a armar el mueble o el artefacto que sea, acuérdate de leer antes las instrucciones dadas por el que lo creó, si es que quieres que todo quede conforme al diseño y en el orden perfecto.

Asimismo, si deseas vivir una vida abundante y en paz, no trates de hacerlo conforme a tu forma y manera; detén la marcha errada y apresurada que hasta ahora has llevado y echa mano de las instrucciones de la vida: La Palabra de Dios en las Sagradas Escrituras. Entra en el reposo de Dios y disfruta el tiempo que te queda en esta tierra, viviendo la vida como a Él le agrada, lo que supone para ti… Bendición.

Clamó Jonás desde el vientre del pez que lo tragó: “Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Dios, y mi oración llegó hasta Ti… Los que siguen vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan. Mas yo con voz de alabanza, pagaré lo que prometí…” (Jonás 2:7-9)

Confía en el Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme al Señor y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos.” Proverbios 3:5-8

ZCR
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