Sanada al Instante
El testimonio que sigue fue mi propia experiencia vivida hace varios años. Me levanté en la noche y sin saber cómo, sufrí un desmayo. Al caer al piso, mi cabeza sufrió un golpe violento en el área de la nuca y comencé a convulsar. Mi esposo, al escuchar el golpe, corrió hasta donde me encontraba postrada y al ver mi condición comenzó a orar y a clamar a Dios.
Yo estaba ajena a lo que él hacía, pues ni lo veía ni escuchaba, pero, mientras tanto estaba viviendo una experiencia de lucha con las tinieblas. Todo estaba obscuro y sólo podía sentir la asistencia del maravilloso Espíritu Santo ayudándome en mi debilidad. Me urgía el Espíritu a que confesara audiblemente el nombre de Jesucristo. Trataba de hablar pero no podía pronunciar palabra, pues mis cuerdas vocales fueron afectadas; sólo salían de mis labios unos balbuceos ininteligibles. Seguía el Ayudador asistiéndome y con mucha urgencia me mostraba en el espíritu que tenía que decir: Jesucristo.
Yo seguía tratando de hablar sin lograrlo, hasta que, con Su ayuda pude pronunciar el nombre que es sobre todo nombre; con poder y autoridad, mencioné en alta y clara voz el nombre de JESUCRISTO. En ese mismo instante terminó la batalla, todo se hizo claro y pude ver a mi esposo arrodillado frente a mí; me paré inmediatamente del piso y mi esposo me colocó en la cama, ambos agradeciéndole a nuestro Dios por el milagro que acababa de ocurrir.
Fuimos al médico a que me examinara quien ordenó enseguida se me hicieran unos estudios de rayos x. Para la gloria de Dios, todos los resultados fueron negativos. Estuve varias semanas con dolor en el área de la cabeza por causa del golpe y como seis meses con la garganta afectada. Pero, gracias a Dios, al cabo de ese tiempo todo mi cuerpo estaba en completa normalidad. Han pasado años desde entonces y jamás he padecido de nada que pudiera relacionarse con esa experiencia. Nunca me cansaré de agradecer a mi Dios por haberme librado de una condición en que pude haber quedado en estado vegetal para siempre. ¡Gloria a Dios por Su Espíritu Santo a quien El envió para glorificar el nombre de JESUS! ¡Sea el Nombre de JESUS alabado y exaltado por siempre!
El Espíritu Santo, no es un viento, no es una fuerza, ni tampoco un pensamiento; es una Persona, la tercera de la Santísima Trinidad. Es Dios y vive en todo aquél que le ha dado su corazón a Cristo JESUS. Es nuestro Ayudador quien está presto a darnos la mano en todo, las 24 horas de cada día. No menospreciemos su presencia y su ayuda en nuestras vidas. Porque «no es un espíritu del mundo lo que hemos recibido, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido» 1CORINTIOS 2:12
Espero que esta experiencia contribuya a que tu FE se afirme y fortalezca y que tu confianza en Dios, en medio de cualquier circunstancia, permanezca. Dios no ha cambiado; El es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Sigue sanando, ayudando y mostrándonos que lo necesitamos en todo y por todo. Sin El nada somos y nada podemos hacer.
ZCR
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