Porque Funciona

Porque Funciona

Cada mañana Carlitos tenía una batalla campal tratando de acomodar, en su mochila, lo que se tenía que llevar a la escuela. Los intentos eran siempre los mismos y por supuesto, los resultados también. Siempre salía cargando en sus manos algo que no lograba acomodar. Su mamá observaba sus esfuerzos y el mal humor con el que se desplazaba hacia la escuela cada día pero, dando tiempo a que él mismo diera con la solución o se dispusiera a pedir ayuda, se mantenía al margen de su diaria odisea.

Pasados unos días y viendo que el chico más se irritaba ante su impotencia por no encontrar la salida, su mamá se le acercó y le preguntó si quería intentar otra forma que pudiera ser más efectiva. Haciendo caso omiso del sabio consejo, Carlitos continuó en su vano e infructuso empeño. Se resistía a cambiar el procedimiento que hasta entonces había usado, aún viendo que era inútil. Agobiado de tanto tratar, pensó que esa otra alternativa tal vez le funcionaría, por lo que decidió probar siguiendo paso por paso las instrucciones dadas por su mamá. ¡Cuán grata fue su sorpresa al terminar la tarea, y qué feliz se sentía al salir esa mañana con la mochila bien ordenada y las manos vacías!

Así como Carlitos, hay adultos que se pasan toda la vida usando los mismos métodos, las mismas formas, los mismos estilos, las mismas astucias… anunciándoles de día en día los resultados obtenidos, que el rumbo que han llevado hasta entonces es ineficaz, incierto, confuso, peligroso y equivocado. Aún así, continúan batallando con sus situaciones como siempre, viendo claramente que sus esfuerzos han sido estériles pues no le han funcionado.

Ante el derrotero que lleva la sociedad actualmente, presentándosele tantos retos los cuales muy pocos pueden enfrentar adecuadamente, vemos cómo muchos siguen aferrándose a aquello que sólo le ha rendido cansancio, fracaso y desilusión. La más falsa esperanza: la religión…

-¿Por qué eres creyente de Jesús? Le preguntaron a Douglas Gresham en cierta ocasión.  -Porque funciona –contestó.

A él le funciona, a mí me funciona, y a todos los que se han encontrado con el Cristo de la Gloria. Ninguno ha sido decepcionado, por el contrario, han quedado maravillados. Antes de esa experiencia, nada había resultado, todo esfuerzo era inútil, las expectativas eran desvanecidas, todo plan… malogrado. Nada hasta entonces había funcionado. Hasta que llegó Jesús a ordenar lo que había estado por tanto tiempo desordenado. ¡Gloria a Dios por Jesucristo quien vino a colocar cada pieza en su lugar!

“Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; teme al Señor, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo y refrigerio para tus huesos.” Proverbios 3:5-8

ZCR
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