Oraba por Ti
Jesús se apartó de los discípulos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró. Tomando a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. (Lucas 22:41, Mateo 26:37)
No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. (Juan 17:15-17) Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos. (Juan 17:20)
Yo soy el Buen Pastor; el Buen Pastor su vida da por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz y habrá un rebaño y un Pastor. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, ni nadie los arrebatará de mi mano. (Juan 10:11,16,28)
La última oración de Jesús en el huerto fue por ti. Su pasión al final de su vida en la tierra fue para ti. Antes de ir a la cruz derramó su alma delante del Padre y tú estabas en sus oraciones.
Y Dios Padre no podía darte la espalda, porque a través de su Hijo, Él te vio. Te vio en medio de un mundo que no es justo. Te vio caer en un río de la vida sin que tú te lo buscaras. Te vio traicionado por personas que amabas. Te vio con un cuerpo que se enferma y un corazón que se debilita. Por sobre todo eso, vio que necesitabas un Salvador que te acercara a Él y pudieras disfrutar de su Paz y su Amistad, hoy, mañana y por siempre.
En vísperas de la cruz, Jesús tomó la decisión: “Padre, no se haga mi voluntad, sino la tuya.” (Lucas 22:42) Prefería ir al infierno por ti antes que ir al cielo sin ti.
(Por: Max Lucado)