Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba. El que cree en Mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en Él. Juan 7:37-38

Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos… Hechos 1:8

No hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido. 1 Corintios 2:12

Enséñame a hacer tu voluntad, porque Tú eres mi Dios; tu buen Espíritu me guíe a tierra de rectitud. Salmos 143:10

No podemos vivir conforme a la voluntad de Dios sino no es con la ayuda del Espíritu Santo. Nadie podrá ganar una sola alma para el reino de los cielos si el Espíritu Santo no interviene. Podrán algunos, como Simón el mago, tratar de imitar el poder de Dios valiéndose de sus propios talentos y conocimientos, pero si no es el Espíritu Santo quien toma el control, todo será una farsa y deseos de reconocimiento personal.

Nos podemos cansar de decir el Padre Nuestro y hacer la oración más larga con las palabras más hermosas, pero si no reconocemos nuestra debilidad para que sea el Espíritu Santo quien nos dirija, vano será nuestro esfuerzo.

Se podrá estudiar en el mejor Seminario, y adquirir un caudal de conocimientos, pero si no buscan la revelación del Espíritu Santo, saldrán con la cabeza llena pero con el corazón vacío.

Se podrán enclaustrar en el convento más alejado del mundo para tratar de santificarse, mas si no cuentan con la asistencia del Espíritu Santo, perderán los años sufriendo la decepción más cruel jamás vivida.

El Espíritu Santo que mora en todo aquel que cree en Jesús, no es un lujo para algunos, sino, una necesidad de todos.

Por lo cual dice: Despiértate tú que duermes, y levántate de los muertos y te alumbrará Cristo. Mirad con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en o cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu. Efesios 5:14-18

ZCR
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