La Savia de Vida

La Savia de Vida

El árbol más antiguo y hermoso de cierta finca y cuya sombra era el refugio de todo el que se allegaba al lugar, fue asaltado en la oscuridad de la noche por unos mozalbetes, quienes, al desgajar sin compasión sus frondosas ramas y abortando los frutos que comenzaban a evidenciarse, se deleitaban en su cruel y despiadada fechoría.

Aprovechándose del momento en que todos dormían, consumaron lo que habían estado fraguando. Al descubrirse al día siguiente el triste suceso, no fue poco el llanto y la indignación de todo un pueblo que, resignados ante tan irremediable pérdida, se dispusieron a recoger las ramas las cuales ya daban indicio de que la vida que una vez recibieron se había extinguido.

Según las ramas perdieron la vida al ser separadas del árbol que se la impartía, así sucede con quien vive separado de Dios. El árbol fue desmembrado por voluntad de mentes desorientadas, mas quien vive separado de Dios lo ha decidido por su propia voluntad, e individualmente tendrá que afrontar las consecuencias.

Por más conocimientos que haya adquirido, por más osado, fuerte y autosuficiente que alguien se considere y por más intentos que haga, jamás criatura alguna podrá impartirse vida a sí misma. Quien vive separado del Señor existe pero no vive… ¡En Dios está la vida porque Cristo es la vida!

Permanezcan en Mí y Yo permaneceré en ustedes. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecen en Mí. Separados de Mí, nada podrán hacer…” Juan 15:4-5

En este tiempo de tanta rebeldía e indiferencia hacia lo eterno no es maravilla ver personas moviéndose en el mundo como si Dios no existiera; lo invocan con su boca mas con su estilo de vida, su trato hacia los demás y las decisiones que toman de día en día, niegan su existencia… hablan de Dios, pero niegan a su Hijo Jesucristo, nombre tabú para quien está en tinieblas y desea permanecer en ellas… Trágica odisea para quien se resiste, pues, es Jesucristo el único Camino hacia el Padre, la única Verdad y la única Vida. Quien niega al Hijo, niega también al Padre. Así las cosas…

¡Y pensar que el día en que Jesús ha de regresar está TAN cerca! Escribió el apóstol Pablo en la carta a los Filipenses, “que por ahí andan muchos que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo…” (Filipenses 3:18-20)

No hay día más inolvidable que aquel en que hicimos la Paz con Dios por medio de su Hijo cuando, como “olivo silvestre, fuimos injertados en lugar de las ramas desgajadas” para recibir la vida verdadera y eterna. No existen momentos más sublimes que aquellos en que nos deleitamos en su presencia; es en Él que hemos encontrado la verdadera Paz y la verdadera Vida. ¡Él es mi Paz! ¡Él es mi Vida!

ZCR
www.elAdmirable.net

Los comentarios están cerrados.