Este es el Camino
Hay muchos caminos que conducen a diferentes lugares, pero el único que nos conduce al Padre se llama: JESÚS. Hay quien dice que al cielo se llega por diversas rutas; respetamos sus creencias, pero eso no es lo que dice Dios en su Palabra, la Biblia. JESÚS dice: «YO soy el camino que lleva al Padre.» Juan 14:6
Hay infinidad de religiones, sectas, doctrinas, diferentes creencias y filosofías que profesan tener la verdad y, cada una, a su manera, expone y enseña lo que tiene que hacer el hombre para salvarse o prepararse para una vida mejor en la eternidad. Pero… el camino hacia Dios no lo traza ni lo alcanza el hombre con sus religiones, creencias, rituales, conocimientos, tradiciones, esfuerzo propio, o buenas obras; lo trazó Dios en su infinito amor y misericordia, para alcanzarnos por medio de la FE en su Hijo Jesucristo.
No es lo que el hombre haga o deje de hacer lo que nos lleva camino al cielo, sino, lo que JESÚS hizo ya. No es hacer, es creer. No son las obras, producto del esfuerzo humano, lo que nos garantiza salvación eterna; es la obra de la FE.
«Porque por gracia sois salvos por medio de la FE; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe.» Efesios 2:8-9
«Justificados, pues por la FE, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.» Romanos 5:1
El verdadero camino no implica una ruta trazada o creada por los hombres en manera alguna. El camino por el cual debemos de andar para alcanzar la meta, que es llegar a Dios el Padre, es una persona: JESUCRISTO. «Esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.» Juan 17:3
Muchos han sido influenciados por doctrinas aprendidas desde la niñez, las cuales, si se detienen a analizarlas, encontrarán que ninguna de ellas ha podido hacer una diferencia en sus vidas. Por el contrario, han sido impedimento para que puedan llegar a la verdad. Y es que, aunque tú no lo creas, la religión fundamentada en tradiciones, mandamientos y doctrinas de hombres, no es una bendición, sino todo lo contrario; es maldición y abominación a Dios.
Si tú eres religioso/a, te entiendo perfectamente, pues yo también lo era, hasta aquel hermoso día en que se hizo la luz en mi vida. El conocimiento que tenía de Dios dejó de ser meras palabras huecas y vacías y se hicieron vida. Salí del cementerio espiritual para resucitar juntamente con Cristo y sentarme con Él en los lugares celestiales. Mis ojos fueron abiertos para ver lo que antes no podía ver. Es eso lo que deseo para ti; anhelo que tú también disfrutes de lo que ya por varios años yo he estado disfrutando. «De oidas le había oído, mas ahora mis ojos le ven.» Job 42:4
No es la religión, llámese como se llame, lo que te lleva a Dios y a la verdad… Es el Nombre que es sobre TODO nombre, ante el cual se tiene que doblar toda rodilla, el único que fue a la cruz y derramó toda su sangre para pagar por tus pecados y los míos, JESUCRISTO, el Hijo del Dios Viviente. ¡Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz! ¡Es JESÚS el camino, la verdad, y la vida y nadie jamás llegará al Padre sino por Él!
Desarráigate de todo lastre de mente y corazón, que por años ha estado cauterizando tu conciencia, y piensa por tu propia cabeza. Pon en balanza todo lo que estimes digno de considerar y permite que ésta se incline hacia aquello que te puede mostrar la verdad para que disfrutes de la verdadera libertad en el tiempo que te quede en esta tierra.
Permite que tu sed espiritual sea satisfecha con la fuente de agua que salta para vida eterna. Recuerda… no es una mayoría la que se dispone a aceptar el reto; es una minoría sabia y entendida la que permite que sus ojos espirituales se abran para ver lo que Dios les quiere mostrar. ¡Sal del grupo de los ciegos y añádete a la familia de Dios; sé sabio/a y toma la decisión más importante de toda tu vida… ahora! Mañana podría ser demasiado tarde.
ZCR
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