Estad Quietos
Cada día se hace más necesario confiar en el Único que nos puede llevar a puerto seguro no importando la tempestad que intente asomarse en la travesía. ¡Cuánta paz produce el saber que con Cristo en control de nuestras vidas cada reto supone una victoria garantizada! ¡El Amor de Dios es maravilloso, único… inefable!
En cierta ocasión el apóstol Pablo salió en un viaje en barco hacia Roma con una cantidad considerable de personas. No mucho después de salir se desató un viento huracanado llamado Euroclidón. Siendo arrebatada la nave y no pudiendo controlarla, se abandonaron al viento y se dejaron llevar. Ese fue el principio de una odisea que le llevó a una isla donde Pablo pudo dar testimonio del poder del Dios a quien servía, convirtirtiéndose la adversidad en una tremenda bendición.
¿Cuántas vidas se han salvado de ahogarse en el mar porque en vez de batallar contra la corriente, se han dejado llevar? ¿Y en cuántas ocasiones hemos tratado de combatir los contratiempos con nuestras propias armas en vez de rendirnos en los brazos del Amado sin hacer resistencia alguna?
A los seres humanos acostumbrados a buscar y crear soluciones nos cuesta descansar… ¡Es en el descanso que viene de creer y confiar en Dios, que vemos su gloria! ¿Creemos en Dios? Creámosle también… “Estad quietos, y conoced que Yo soy Dios.” Salmos 46:10
“Gustad y ved que es bueno el Señor, dichosa la persona que confía en Él.» Salmo 34:8
ZCR
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