De YO a Nosotros

De YO a Nosotros

En la bonanza, cuando todo anda bien… escasea la unidad genuina y permanente entre las gentes. Se tienen que dar ciertas situaciones no tan buenas para que la empatía, la armonía y la concordia afloren a nivel de sociedad. Tal parece que es más fácil unir a un pueblo a través del dolor y las crisis, que en otras circunstancias menos tristes. ¿Por qué?

En medio de las tragedias se ha podido palpar la unanimidad y afinidad en sentimientos y pensamientos llevando al pueblo a una unidad sin precedentes. Se han obviado y pasado por alto las diferencias de partidos políticos, clases sociales, profesiones, religión, razas, intereses personales, etc. El egocentrismo se pone en “hold” (se detiene) hasta que regresa todo a la «normalidad,» reanudando, entonces, cada cual su “modus vivendi” (estilo de vida), de continuar rindiendo pleitesía al ídolo del YO… ¡El mundo girando alrededor de  su estatua!

¿Qué mensaje está enviando el Dios Todopoderoso desde las alturas y cuántos se han detenido a inquirir sobre el particular con preocupación genuina? Es unidos que Dios quiere a los pueblos, es de esa manera que los cielos se abren para bendecir hasta que sobreabunde. Y esto no tiene que darse, necesariamente, por razón de tristezas o en ocasiones especiales; creo que debe ser el estilo de vida de una sociedad saludable.

Es hora de que cada cual se disponga a mirarse en su interior y anhelar un cambio que pueda suponer progreso verdadero, tanto personal como colectivo.

«En la unión está la fuerza»…dice un dicho popular que es muy cierto. Creo que todos estamos de acuerdo en que esto funciona. Mas, ¿Cómo lograrlo? ¿Sabes cómo?

-Rindiendo cada cual su vida al Señor. Sólo Cristo con su amor puede hacer el milagro de convertir el YO, a NOSOTROS. Es el amor el vínculo perfecto…

¡Bienaventurada la nación cuyo Dios es el Señor.»  Salmos 33:2

ZCR
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