Como el Águila
Me encanta la comparación del cristiano con el águila, tanto que, en una ocasión pensando en esa alegoría me asaltó la inspiración y el resultado fue un hermoso poema, que ha sido de mucha bendición. Y es que, el águila es de las aves más fuertes y atrevidas que zurca los cielos a unas alturas bien elevadas. Cuando percibe que algún huracán se avecina, se prepara, no para salir huyendo, sino para elevarse sin temor alguno.
Se dispone a manifestar el poder que le ha sido conferido por el Creador para, tan pronto se desate el fenómeno meteorológico, traspasarlo sin compasión valiéndose del mismo viento huracanado para subir a las alturas, desafiando de manera asombrosa los embates de la naturaleza.
Es así como debemos actuar los cristianos cuando a nuestras vidas nos llegan los Euroclidones que pretenden debilitar nuestra fe y desvanecer nuestra esperanza; dejarnos llevar por la fuerza del furioso viento sin hacer resistencia alguna, descansando en el Señor. Al pasar la tempestad, hemos subido a un nivel superior de confianza en el Todopoderoso, quien nos demuestra cada vez, que es Fiel y Verdadero. Después salimos fortalecidos y preparados para arreciar con más fuerza al que le siga. “Esta es la Victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.” 1Juan 5:4
Si eres hijo/a de Dios porque recibiste y confesaste a Jesucristo como tu Salvador pero has pasado toda tu vida como si estuvieras en un gallinero creyendo que eres gallina, mirando para abajo en vez de mirar para arriba, empieza a creer en esta hora que tú eres águila y no gallina. El águila forma su nido en las alturas, donde se encuentra su refugio, no en la tierra; se relaciona con otras águilas pero, vuela solo, no en bandadas como los cuervos…
Te exhorto, en el nombre de Jesús, a que abras tus alas que por tanto tiempo han estado guardadas, y las extiendas desde el laberinto en que te encuentras, mirando hacia el deslumbrante firmamento, y te lances sin temor alguno hacia las alturas, el lugar que Cristo ganó para ti. ¡Escapa por tu vida!
“Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con Él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.” Efesios 2:4-6 RVR1960
Recuerda: sin FE es imposible agradar a Dios. Los hijos de Dios, que hemos sido justificados por la sangre preciosa de Jesús, vivimos por FE, eso, que para los incrédulos es locura, pero para nosotros los que creemos es, Poder de Dios. ¡Bienaventurados los que creen sin ver!
ZCR
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