Círculo de Fe
La pequeña María, de 10 años de edad, vivía en un pueblo rural de Chile.Al morir su mamá, pasó a ser la ama de casa. Cuidaba de su papá quien trabajaba de noche en una mina de la localidad. Cocinaba y limpiaba y se aseguraba de tener lista la cena de su padre cuando éste salía para su trabajo cada tarde.
María amaba mucho a su papá y le preocupaba verlo tan abatido desde que su mamá murió. Cada domingo iba a la iglesia y trataba de que él la acompañara, pero éste siempre se negaba. Su corazón estaba muy vacío.
Una tarde, mientras María le preparaba la lonchera, le puso adentro un Nuevo Testamento que le había regalado un misionero de los que van casa por casa evangelizando. Oró para que lo leyera y recibiera el consuelo que ella misma había encontrado en el gran amor de Dios.
A la 1:10 A.M. María despertó bruscamente por un sonido estruendoso. La alarma de la mina comenzó a sonar, avisando a la gente para que corrieran con palas a salvar a los mineros que se encontraban adentro.
María salió corriendo hacia el lugar en búsqueda de su padre. Gran cantidad de hombres sacaban escombros del túnel que había colapsado donde 8 mineros quedaron atrapados, uno de ellos, el papá de María.
Brigadas de emergencia trabajaron toda la noche hasta que llegaron a una pequeña caverna donde encontraron a los mineros. Desgraciadamente llegaron muy tarde; los 8 hombres se habían sofocado. Los rescatadores estaban devastados, pero mientras inspeccionaban el lugar, notaron que los hombres habían muerto sentados en un círculo. El papá de María tenía sobre sus rodillas un Nuevo Testamento abierto en la última página donde se explicaba claramente el plan de salvación. En esa página, él le había escrito un mensaje a su hija:
Mi amada María,
Cuando leas esto, estaré con tu madre en el cielo. Leí este librito y se lo leí varias veces a los compañeros mientras esperábamos ser rescatados. Nuestra esperanza se desvanece para esta vida, pero no para la próxima. Hicimos como nos decía el libro y oramos para recibir a Jesús en nuestros corazones. Te amo mucho, María, y un día, muy pronto, estaremos todos juntos en el cielo.
De: Stories for the Heart