Busca tu Tesoro

Busca tu Tesoro

¿Cuántos dones, talentos y cuántas gracias y virtudes ha repartido Dios a toda la humanidad? Nos ha dado de lo suyo para que seamos de bendición; a cada uno lo indicado para que, con disposición y esmero produzcamos mucho fruto para Su gloria. «Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces» (Stgo. 1:17)

¡Qué hermoso y de cuánta satisfacción y bendición sería para toda la humanidad, el que cada cual se dispusiera a descubrir ese tesoro que tiene escondido y determinara aportarlo para hacer de este mundo uno más armonioso y habitable, no pensando tanto en su propio bienestar, sino, mas bien en el de los demás!

A veces lo que aflora son las malas copias de unos originales que más image que admiración hacia ellos, lo que les mueve es la pobre y baja pasión de la envidia, la carcoma de los huesos. «He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.» Eclesiastés 4:4

Es natural admirar en otros lo que es digno de elogio pero no debemos ofuscarnos tanto que vayamos a traspasar los límites de lo que es propio y pasemos por alto y/o menospreciemos lo que también hay en cada uno de nosotros/as.

¡Cuánta satisfacción nos produce el llevar a cabo aquello para lo cual Dios nos dotó y preparó! Es entonces cuando podemos ver con buenos ojos y admirar la labor de otros para regocijarnos juntamente con ellos… para la Gloria de Dios.

¿Saben por qué causa mató Caín a su hermano Abel? Porque sus obras eran malas y las de su hermano justas. (1Juan 3:12) ¿Por qué vendieron los hijos de Jacob a José su hermano? Estos no podían resistir el que su padre lo prefiriera porque sus obras eran buenas. ¿Por qué soltaron a Barrabás y apresaron a Cristo? Pilato sabía que por envidia lo habían perseguido y entregado.

Quien envidia a otro se está menospreciando a sí mismo; quien desea tener lo que otro tiene, está subestimando lo propio. Quien no se puede gozar del bienestar de los demás, está gritando su desdicha y, quien se goza de su mal, está clamando por AMOR.

Dice Miguel de Unamuno: La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual. “El corazón apacible es vida a la carne; mas la envidia es carcoma de los huesos.” Proverbios 14:30. La principal víctima de tal sentimiento es quien lo padece.

imageEl amor… “No tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.” 1 Corintios 13

Sé agradecido/a por los dones y talentos que has recibido de Dios y gózate siempre por la excelencia que veas en la labor de los demás… ¡Eso es Amor!

ZCR
www.eladmirable.net

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