Castillos en la Arena

Castillos en la Arena

No amen al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 1Juan 2:15-17

¡Cuán bombardeadas son las sociedades por las tantas formas y maneras de las que se vale el mundo para deslumbrar los sentidos de cada individuo! El comercio, los placeres, los estilos de vida y la ciencia en todas sus vertientes, aumentan vertiginosamente buscando impresionar y cautivar las mentes y, como dice el dicho popular, “se necesita a Dios y su ayuda” para permanecer firme sin dejarse llevar por los vientos que cada día soplan con más fuerza.

El mundo con sus atractivos, cual aficionado arquitecto edificando castillos en la arena, no cesa de impresionar e hipnotizar a tantos que viven cual barco a la deriva, sin un fundamento sólido que les lleve a evaluar cada novedad para tomar la decisión que suponga su mayor bienestar en el presente y en el futuro… Un bienestar completo que abarque todas las áreas que pudieran ser afectadas por una simple o trascendental decisión tomada en un momento que no dará una segunda oportunidad…

La carne con sus deseos es cada vez más incitada a dejarse llevar por el placer momentáneo, obviando el considerar las consecuencias que le pudieran seguir por no razonar antes de actuar. Los ojos son bombardeados a tal grado que hasta la comida se ingiere más por la vista que por la boca. Y… la exaltación del ego publica la obsesión de ser reconocidos, aceptados y elogiados aquellos cuya estima propia ha estado condicionada a lo que otros piensan y dicen.

Y todo, por no reconocer que la vida en este mundo es pasajera, que lo eterno es de más valor y que la criatura necesita vivir en paz con su Creador si desea vivir la vida abundante que el Señor Jesús nos vino a dar. Se vive una existencia vacía e ilusoria dando mayor atención a lo externo y perecedero que a lo interior y eternal… existencia ilusa basada en la arena movediza de la mentira y no en la verdad.

Y vemos que… son los menos los valientes que se atreven a desafíar las corrientes que intentan arrastrar al abismo a toda la humanidad… un remanente que ha decidido resistir la presión que, constantemente, ejerce el mundo que les rodea para hacerles claudicar.

Cierta jovencita, acostumbrada a aprovechar el tiempo en las vacaciones escolares del verano, aplicó en el municipio de su ciudad para un trabajo temporero de un mes. Habiéndosele prometido el mismo, al final le dijeron que debía alterar la información de los ingresos de sus padres ya que éstos sobrepasaban el límite a considerarse para poderla emplear. En otras palabras, le dieron a entender que debía mentir si quería trabajar. A pesar de su interés por el trabajo, ésta le dijo claramente que si esa era la condición, no le interesaba. Sacudió el polvo de sus pies y salió feliz por tal oportunidad de exaltar la honestidad.

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Así funciona el mundo y la mayoría de los que lo habitan, y así hacen los que se han dispuesto defender su integridad. Y es que, los que han nacido de Dios no están dispuestos a vender la verdad; están en el mundo, pero no son del mundo. Por tal razón, el mundo les aborrece, mas,  no importa, porque antes, aborrecieron a Jesús. “Si fueran del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no son del mundo, antes Yo les elegí del mundo, por eso el mundo los aborrece.” Juan 15:19. “…Pero confíen, Yo he vencido al mundo.” Juan 16:33

Dice el Apóstol Santiago en su Epístola que el que se amista con el mundo se hace enemigo de Dios. ¿Sabes por qué? –El Espíritu Santo que mora en todo aquel que ha hecho la paz con Dios, le anhela celosamente. (4:4, 5) Palabras fuertes y difíciles de digerir para todo aquel que aún permanece en tinieblas, pero dulces y hermosas para los que de día en día nos deleitamos en Su presencia. Todo lo que se pueda desear no se puede comparar con tal valiosa Bendición…

En medio de la vorágine mundanal seguimos llevando las Buenas Nuevas de salvación para que todo aquel que cree en Jesús, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque Jesús no vino a condenar al mundo, sino, que el mundo sea salvo por Él. No somos del mundo mas nos movemos en él. Nuestro mayor interés: -Así como nuestros corazones fueron alumbrados por la verdad, que otros sean alumbrados también… 

«Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la Victoria que ha vencido al mundo, nuestra Fe.” 1 Juan 5:4

ZCR
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