Como Sombra
Hazme saber, Señor, mi fin, y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuán frágil soy. He aquí, diste a mis días término corto, y mi edad es como nada delante de Ti; Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive.
Ciertamente
como una sombra es el hombre;
ciertamente en vano se afana;
amontona riquezas,
y no sabe quién las recogerá.
Y ahora, Señor, ¿qué esperaré?
Mi esperanza está en Ti.
SALMO 39:4-7
«Porque, ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.» (Santiago 4:14) Aunque vivas 100 años, si comparas esta cifra con la eternidad, es como sombra que pasa; acabamos nuestros años como un pensamiento.
No malgastes tu tiempo en vanidades ilusorias; aprende a valorarlo y a utilizarlo en aquello que edifica, bendice y glorifica al Señor. Tomemos la decisión de aprovechar al máximo cada minuto que estemos en la tierra, no haciendo lo que nuestro corazón nos mueve a hacer, sino disponiéndonos a hacer aquello que nos acerca a Dios: Su perfecta voluntad.
ZCR
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